viernes, 18 de marzo de 2011

MLB 2011:Radiografia de los equipos(2)


Mets
Sus dueños están metidos hasta el cuello en una demanda multimillonaria que procura recuperar parte del dinero de las víctimas en la pirámide de Bernard Madoff. La situación es tan grave que quieren vender entre 20 y 25% de su control en el club. Y acaba de trascender que recibieron préstamos de auxilio por parte de las Grandes Ligas para cubrir sus gastos.

Los Mets de Nueva York generan más titulares por los problemas financieros de la familia Wilpon --sus propietarios, que quizás se van forzados a vender la franquicia por las ramificaciones del caso Madoff-- y esto sólo ha servido para acentuar el estado de depresión que aflige desde hace cuatro años.

¿Optimismo?

Esa palabra no existe en Queens. Pese a que tienen una nómina que ronda los 145 millones de dólares, la sexta más abultada de las mayores, Nueva York es un equipo cargado de dudas.

No se hicieron grandes contrataciones durante un receso frugal, algo que su nuevo gerente general Sandy Alderson atribuyó a las obligaciones dejadas por pactos aún vigentes.

La impresión es que este será un año de transición mientras esperan la expiración de contratos que oscilan entre los 45 y 60 millones.

Los cambios más importantes fueron en los salones ejecutivos.

Tras sufrir una segunda temporada consecutiva con saldo negativo de victorias y derrotas, que se suman a dos años previos de colapsos en septiembre, los Mets despidieron al manager Jerry Manuel y al gerente Omar Minaya.

Alderson, dueño de una reputación impecable como arquitecto del equipo de los Atléticos de Oakland que ganó la Serie Mundial de 1989, reemplaza a Minaya y se trajo consigo a Paul DePodesta y J.P. Ricciardi, un par de ex gerentes, para armar una gerencia que aglutina mentes brillantes que se han abocado a reforzar las tareas de búsqueda de nuevo talento.

El nuevo piloto es Terry Collins, quien recibe su tercera oportunidad para dirigir en las mayores tras ganar 444 juegos al mando de los Astros y Angelinos en la década de los 90.

Su lista de deberes por resolver es voluminosa, aunque uno menos se despejó cuando Carlos Beltrán pidió pasar al jardín derecho para proteger sus maltrechas rodillas y despejó el camino para que otro puertorriqueño, Angel Pagán, tome

Pero hay otras más.

--El as venezolano Johan Santana se operó el hombro izquierdo y se estima que recién entre junio y julio estará en condiciones de volver, los cual deja a Mike Pelfrey, R.A. Dickey, Jon Niese, Chris Young y Chris Capuano como los brazos de la rotación. Obviamente es un grupo que no está en la misma dimensión que los cuatro muchachos de sus archirrivales Filis: Roy Halladay, Cliff Lee, Cole Hamels y Roy Oswalt.

--Otro venezolano, el cerrador Francisco Rodríguez, trata de rehabilitar su imagen tras el incidente que provocó su detención y suspensión en agosto, cuando le pegó al padre de su novia en el estadio. Los Mets estarán atentos a la cantidad de juegos que cierre, ya que activará una opción de 17,5 millones para 2012 en forma automática si cierra 55 juegos.

--José Reyes luce sano para jugar en el campocorto, pero su situación es similar a la de Beltrán: el dominicano puede declararse agente libre al final de la temporada. Si los Mets están lejos en la tabla de posiciones, no sorprendería que tanto Beltrán como Reyes sean transferidos.

--Jason Bay incidió muy poco en su primera campaña en el jardín izquierdo, quedando fuera de acción en julio tras sufrir una conmoción al chocar contra un muro.

--El pitcher mexicano Oliver Pérez (12 millones) completará el último año de contrato que ha sido vilipendiado debido al pobre dividendo que ha ofrecido.

Pero propios y extraños no dan por perdidos a los Mets. Después de todo mantienen un núcleo que, si se mantiene sano, es sólido, con Reyes, Beltrán, Bay y el tercera base David Wright. También tienen a dos prometedores figuras en el inicialista Ike Davis y el catcher Josh Thole.

"Seguimos teniendo una buena alineación", declaró José Reyes. "Quien nos hará falta será Johan Santana y lo vamos a tener después. Si nos cuidamos de las lesiones, creo que podemos ser contendores".

"Los Mets tienen talento", destacó Chipper Jones, el tercera base de los Bravos de Atlanta, sus rivales en el Este de la Liga Nacional. "Si logran aguantar mientras dure la ausencia de Johan, pues quién sabe".
Washington
Por lo menos Stephen Strasburg demostró que lo suyo no era un cuento. Sus 12 salidas a lo largo de seis semanas, cada una cargada con un nivel de fanfarria que desde hace rato no se enfocaba en un novato, le dieron vida a los Nacionales de Washington.

Desafortunadamente, el prodigio se lesionó el codo derecho y tuvo que pasar por el quirófano para someterse a la operación Tommy John, procedimiento que implica automáticamente dejarlo fuera por largo tiempo.

El hombre llamado a darle relevancia a la franquicia se encuentra dando los primeros pasos de su recuperación y quizás pueda volver a fines de la campaña, es decir entre agosto y septiembre.

Mientras tanto, Washington tendrá que esperar con mucha paciencia.

Los Nacionales vienen de otro desdibujado año, uno en el que acabaron con marca de 69-93 y en el fondo del Este de la Liga Nacional. Pero evitaron perder 100 juegos por tercera campaña seguida, lo cual se puede resaltar como un avance.

Aunque no le dieron un vuelco tremendo a su nómina, los Nacionales dejaron atónitos a varios con sus pocas contrataciones.

La que pilló a medio mundo fuera de base fue la del jardinero derecho Jayson Werth por siete años y 126 millones de dólares.

Nadie desmerita a Werth, pieza vital en los equipos de los Filis de Filadelfia que llevan reinando cuatro años en la misma división de los Nacionales. La extensión y valor del pacto sorprendió, con voces críticas de que el equipo había pagado de más.

Pero no tienen otra alternativa. Ir a Washington no figura entre los destinos predilectos para los agentes libre y para seducirlos hay que ser derrochador.

También dejaron ir al primera base y cuarto bate Adam Dunn, quien aceptó una oferta de los Medias Blancas de Chicago. Además, partió a Oakland el jardinero Josh Willingham. O sea 54 jonrones se fueron entre los dos.

La marcha de Dunn no fue del gusto de todos. Ryan Zimmerman, el tercera base que lideró el club con sus 25 jonrones y promedio de bateo de .307, la calificó de "desafortunada", aunque después atemperó sus cuestionamientos.

Con una rotación que no asusta, los Nacionales afrontan varias interrogantes.

Werth no encontrará en Washington la misma clase de protección que recibía en Filadelfia al batear junto con Ryan Howard y Chase Utley.

El manager Jim Riggleman hace caso omiso de lo que digan los escépticos e insiste que la ofensiva no sufrirá.

En lo que Washington puede entusiasmarse es un prometedor semillero de prospectos, que por segundo año sucesivo les dio el turno número uno del draft, esta vez con el jardinero Bryce Harper como el próximo prodigio en camino.

"El talento joven en esta organización es tremendo", declaró Werth cuando fue presentado. "He ido a la postemporada mucho en años recientes y de eso es lo que se trata esto".

La parte medular del ataque tendrá a Zimmerman y al nuevo inicialista Adam LaRoche, quien ha conectado al menos 25 jonrones en cada una de las tres últimas campañas.

Una figura en alza es el prometedor campocorto Ian Desmond, quien deberá mejor mucho en defensa y reducir la cuenta de 34 errores que cometió el año pasado. Su compañero en la intermedia será Danny Espinosa.

Nyjer Morgan, en el central, y Roger Bernadina, en el izquierdo, completan el trío de jardines.

Una tarea para el veloz Morgan: reducir ser sorprendido en intento de robos. Si bien consiguió 34 estafas, Morgan fue puesto fuera 17 veces en el intento, la mayor cantidad en la Liga Nacional.

El veterano puertorriqueño Iván Rodríguez sigue plantado detrás de la receptoría, necesitado de los 183 hits que le faltan para alcanzar los 3.000 en su carrera. Eso requerirá un año adicional dentro de una franquicia que cuenta con Wilson Ramos y Jesús Flores, dos jóvenes venezolanos que están pidiendo espacio.

Sin Strasburg en el futuro inmediato, la rotación tendrá como cabecilla al Liván Hernández, el mismo cubano que se las ingenia para mantenerse activo en las mayores gracias a su habilidad para sacar outs sin ser un lanzador que abruma con su velocidad. Atrás suyo estarán John Lannan, Jason Marquis, Tom Gorzelanny y el prometedor Jordan Zimmermann.

Drew Storen asoma para ser el cerrador, con Sean Burnett y Tyler Clippard como las otras cartas del relevo corto.

Varias señales positivas, pero los Nacionales aún no están en condiciones para poder salir de su acostumbrado último lugar.
Baltimore
Casi todo es nuevo con los Orioles para 2011: desde el bateador designado Vladimir Guerrero hasta tres de los cuatro jugadores del cuadro interior.

Pero el gran cambio ocurrió a inicios de agosto del año pasado, cuando Buck Showalter se encargó de pilotear el navío y redondeó una marca de 34-23, la segunda mejor en la Liga Americana al culminar la temporada regular.

Los Orioles, que llevan 13 campañas consecutivas con saldo negativo, reaccionaron positivamente al cambio de chip con el ex manager de los Yankees de Nueva York, Arizona y Texas.

¿Quiere un ejemplo? Antes de Showalter, sólo pudieron ganar cuatro de 34 series y después de impusieron en 11 de 18.

Es por eso que no está mal reprocharle a la afición de Baltimore el entusiasmarse al ver una luz al final del túnel tras las penurias de una franquicia que en el pasado fue una de las más exitosas en las Grandes Ligas.

Más importante fue la actividad del equipo durante el receso, en el cual supieron meter mano en sus necesidades.

"Tenemos los jugadores, sabemos que tenemos el talento. Es cuestión de echar las cosas a andar", dijo Brian Matusz, el pitcher abridor zurdo que es uno de varias fichas jóvenes que dan razones para el optimismo en Camden Yards.

La principal asignatura durante el receso fue reforzar la ofensiva, que fue la número 10 en jonrones y 13ra en impulsadas en su circuito.

Fue así que lograron adquirir al tercera base Mark Reynolds en un canje, y seguido firmaron al inicialista Derrek Lee y a Guerrero.

También ficharon al torpedero J.J. Hardy y al pitcher abridor Justin Duchscherer. Retuvieron al cerrador Koji Uehara, quien tendrá como nuevos compañeros de bullpen a Kevin Gregg y Jeremy Accardo.

Inclusive hay coaches nuevos, con Jim Presley a cargo del bateo y Mark Connor en el pitcheo.

El remozamiento es tal que el intermedista Brian Roberts quedó como el único sobreviviente en el cuadro interior.

Luke Scott, el jardinero izquierdo, fue el máximo jonronero del equipo el año pasado con 27, pero los arribos de Reynolds, Lee y Guerrero apilan más potencias en el orden al bate tras los dos primeros: Roberts y el jardinero derecho Nick Markakis.

• Guerrero viene de una campaña que con promedio de .300, 29 jonrones y 115 remolcadas con los Rangers de Texas, los campeones de la Liga Americana, recibiendo el premio al regreso del año tras un 2009 golpeado por lesiones.

• Lee sacudió 19 cuadrangulares al jugar con los Cachorros y Atlanta, pero su total de por vida es de 312. Puede esgrimir como excusa el que se vio afectado por molestias en el dedo gordo de la mano derecha.

• Aunque pegó 32 vuelacercas en 2010, Reynolds trae consigo ser uno de los bateadores más propensos al ponche en las mayores, un mínimo de 200 en cada una de las tres pasadas campañas. Y ahora viene a una división cargada de pitchers dominantes, como es el caso de los Yankees y Medias Rojas.

Y no se debe olvidar de la presencia del jardinero central Adam Jones y el receptor Matt Wieters, quienes con 25 y 24 años, respectivamente, aún están aprendiendo el oficio. Este último retrocedió en su producción, ya que su promedio bajó .288 a .249, si bien con más juegos.

"Detesto perder, me fascina ganar", dijo Reynolds, quien llegó procedente de Arizona. "Se presenta un duro desafío con lo del antecedente de los últimos 13 años. Pero tenemos un manager como Buck, muy buenos refuerzos en el equipo y creemos que podemos sorprender a varios".

Tal vez el verdadero potencial se encuentra en la rotación abridora, en la que Matusz, Brad Bergesen, Chris Tillman y Jake Arrieta conforman un núcleo joven muy promisorio. Pero ninguno pasa de las 50 aperturas.

Jeremy Guthrie es el solitario veterano del conjunto. Una posibilidad intrigante es Duchscherer, quien fue a un Juego de Estrellas con Oakland en 2008, pero por culpa de lesiones y problemas personales apenas abrió cinco juegos en las pasadas dos campañas.

Lo bueno es que a Showalter le precede una impecable reputación como manager de nuevos talentos. Fue quien estuvo al frente de los Yankees cuando surgieron Derek Jeter, Mariano Rivera y compañía.

Lo malo es que Baltimore está en una división Este que simplemente no da tregua, con Nueva York, Boston y los campeones vigentes Rays de Tampa Bay. Pero ya no serán presa fácil de nadie.
Tampa Bay
Quizás sólo un equipo en la galaxia de las Grandes Ligas puede perder una de las bujías de su ataque, un as de la rotación de abridora, además de casi todo el bullpen, y aún seguir como un candidato viable a la postemporada.

Señoras y señores, estos son los Rays de Tampa Bay, que purgaron alrededor del 40% de su nómina de salarios (de 40 a 70 millones de dólares) y, aún así, los eternos pesos pesados en el Este de la Americana -- llámense Boston y Nueva York -- no se fían.

La lista de bajas del equipo con respecto a la campaña previa, en la que se proclamaron campeones de la división, es kilométrica.

Aquí van las esenciales dentro de más de una docena: el jardinero izquierdo Carl Crawford (Boston), el primera base Carlos Peña (Cachorros), el cerrador Rafael Soriano (Yankees) y el relevista Joaquín Benoit (Detroit) emigraron con la agencia libre. El abridor Matt Garza (Cachorros) y el torpedero Jason Bartlett (San Diego) fueron canjeados a cambio de prospectos.

Pero si le preguntan al manager Joe Maddon, los Rays se sienten confiados de que no van a naufragar.

"Es muy fácil hablar de que estamos descartados", afirmó Maddon. "Lo que quiero inculcarle a nuestros jugadores es que vamos a hacer un cambio de dirección. Vamos a echar de menos a un grupo de gente, pero ahora es su turno de convertirse en el jugador que será echado de menos dentro de cuatro o cinco años".

Maddon retrata mejor que nadie la filosofía de una franquicia que atrae a poca gente en su estadio -- es decir, constante evolución, uso al máximo de su talento formado en las menores y contrataciones frugales pero acertadas.

Tantas bajas para 2011 implican muchos rostros nuevos para acompañar al tercera base Evan Longoria y el pitcher David Price, las dos figuras que han quedado como los líderes.

Los más sobresalientes son Manny Ramírez (bateador designado) y Johnny Damon (jardinero izquierdo), dos veteranos que asemejan soluciones temporales en sus posiciones mientras el equipo aguarda la llegada de prospectos como Desmond Jennings.

Para seguir a flote, los Rays van a depender ante todo del desempeño de su rotación, cuyo hombre fuerte es Price.

Con marca de 19-6 y 2.72 de efectividad, el zurdo de 25 años quedó segundo en la votación el Cy Young de la Americana, detrás del venezolano Félix Hernández.

Price cuenta con otras estadísticas que reflejan su estirpe de as.

Su foja fue de 8-1 en 13 aperturas tras una derrota de los Rays y se anotó 12 triunfos contra equipos con récord positivo, igualando a Jon Lester por el liderato en las mayores.

Y algo más: en siete salidas frente a frente con previos ganadores del Cy Young, se fue 4-0 con 1.79 de efectividad.

James Shields, Jeff Niemann, Wade Davis y Jeremy Hellickson completan la rotación. Con 29 años, Shields (13-15) es el veterano del quinteto pero viene de un año malo. Davis ganó 12 juegos como novato y Niemann redondeó la misma cifra. Hellickson es la gran promesa, luego que debutó con cuatro victorias en igual número de salidas entre julio y agosto.

Por lejos, la debilidad se centra en la carencia de un cerrador de jerarquía, y por lo pronto los Rays se plantean rotar en la tarea, con Kyle Farnsworth, el dominicano Joel Peralta y el novato Jake McGee entre las alternativas.

Siete de los ocho relevistas del año pasado se fueron, así que la renovación del bullpen es completa.

Ofensivamente, la partida de Crawford es la que más duele, amén de irse a un equipo de la misma división. El veloz jardinero venía de una campaña en la que fijó marcas personales con sus 19 jonrones y 90 impulsadas, además de robarse 47 bases y encabezar la liga con 13 triples.

Es así que la importancia de Longoria (.294, 22 jonrones y 104 impulsadas) se magnifica.

Reid Brignac será el nuevo torpedero, con Ben Zobrist como colega en la intermedia. Dan Johnson tomará la plaza de Peña en la inicial.

También precisa que el jardinero B.J. Upton levante su promedio de embasado (.322) para tener más oportunidades de anotar carreras con alguien que se robó 42 almohadillas.

Matt Joyce estará en el bosque derecho, pero Maddon podría también poner ahí al polifuncional Zobrist. John Jaso y Kelly Shoppach serán los receptores.

Este es el camino que un equipo sin la chequera de otros tiene que transitar para competir.

Se trata de un reto que asumen sin quejarse.

"Una de las cosas más importantes que identificamos son los desafíos que se nos presentan y los encaramos como se puede, sin tratar de ser algo que no somos", comentó el gerente Andrew Friedman. "Tenemos que hacer las cosas de forma diferente a los demás".

Pero la división está más fuerte que nunca y, al menos este año, el estilo de los Rays difícilmente les ayudará a repetir con el banderín. Un tercer o cuarto lugar se presenta como lo más probable.

Toronto


Los Azulejos de Toronto llevan 17 años sin pasar más allá del tercer lugar de su división. Ya saben la historia: los Yanquis y Medias Rojas siempre monopolizan los dos primeros lugares y, cuando no son ellos, Tampa Bay es el entrometido.

Pero Toronto no se cansa en su afán de dar con la tecla que le permita volver a los playoffs, algo que no consigue desde los equipos que se alzaron con la Serie Mundial consecutivamente en 1992/93. Tampoco ha ganado más de 90 partidos desde 1993.

Toronto acabó con marca de 85-77 la pasada campaña, un saldo que le hubiese servido para pujar en las otras divisiones del circuito.

La nueva apuesta de liderazgo se llama John Farrell, quien reemplaza a Cito Gaston como manager. Farrell, debutante absoluto en funciones de dirigente, llega procedente de Boston, donde fue el coach de pitcheo de los Medias Rojas durante los cuatro años previos.

Quizás traer a alguien vinculado con el éxito de uno de los dos gigantes en el Este de la Liga Americana pueda acabar con el problema de vivir a la sombra de ambos.

"No nos fijamos una cantidad de victorias como un objetivo. En mi opinión, eso es contraproducente", afirmó Farrell. "Tenemos que dedicarnos a las cosas que están bajo nuestro control. Yo no puedo sentarme acá y salir a decir sobre cuándo Boston o Nueva York van a cambiar, si sus nóminas cambiarán, y entonces decir que podemos ser candidatos. Es algo inútil".

No hicieron nada espectacular durante el receso en cuanto a adquisiciones, aunque haberse sacado de encima el contrato de Vernon Wells --el jugador más caro en la historia de la franquicia-- fue un golpe magistral. Después de todo, el pacto por siete años y 126 millones de dólares que le otorgaron al jardinero en 2006 fue repudiado como uno de los peores en la historia, puesto que Wells sólo una vez logró batear más de 20 jonrones en un año (31 en 2010) y nunca produjo 100 carreras.

Tras haberlo transferirlo a los Angelinos de Los Angeles, Toronto se ahorrará unos 80 millones por los próximos cuatro años, así que ha recuperado flexibilidad en la nómina.

El gerente Alex Anthopoulos es frugal con los cheques, muy enfocado en promover prospectos ya sea propios u obtenidos en canjes.

Anthopoulos decidió canjear a Shaun Marcum, el abridor del primer juego de 2010, a Milwaukee a cambio de Brett Lawrie, un prometedor infielder que nació en Canadá. También dejó ir en la agencia libre al cerrador Scott Downs.

Hay grandes expectativas en J.P. Arencibia, un receptor de 24 años al que se menciona como el próximo Buster Posey.

Y es apenas uno de varios prospectos que entusiasman dentro de un grupo que incluye a Lawrie, el torpedero cubano Adeiny Hechavarría y el lanzador derecho Zach Stewart.

Farrell quiere modificar los patrones ofensivos del equipo, por más que el año pasado fueron líderes en jonrones de las mayores con 257, al compás de los 54 sacudidos por José Bautista.

Su consideración es que el equipo tiene que buscar otras formas de generar carreras.

Aunque encabezaron la estadística de jonrones, el equipo quedó 24to en promedio de bateo y 26to en embasado.

"Hemos hablado de ser más oportunistas, provocar más situaciones de carrera, y no limitarnos en una sola faceta", dijo Farrell.

De la nada, el dominicano Bautista pasó a ser el máximo jonronero de las Grandes Ligas, luego que nunca antes había conectado más de 16 vuelacercas en una campaña. Toronto le premió con una renovación por cinco años y 65 millones de dólares.

Bautista podría jugar este año en la tercera base, pero el equipo prefiere a otro en la antesala para tener al dominicano en el jardín derecho --su posición habitual-- y aprovechar su brazo. También precisan que Aaron Hill y Adam Lind se rediman tras retroceder su producción en 2010. Lind, cuyo aporte de jonrones bajó de 35 a 23, deja el puesto de bateador designado para jugar en la inicial tras la salida de Lyle Oberbay. Hill, el intermedista, viene de una campaña en la su promedio al bate declinó 81 puntos porcentuales.

El venezolano Juan Rivera (.252, 15, 52 remolcadas), adquirido en el canje por Wells, arranca en el bosque izquierdo, pero se dice que el equipo explora otras alternativas. Scott Podsednik, con 301 robos de por vida, podría ganarse esa plaza tras recibir una invitación para la pretemporada.

Rajai Davis (.284 y 50 robos con Oakland) es el nuevo dueño en el bosque central y Travis Snider (apenas 14 jonrones en 298 turnos) ocupará el derecho.

El dominicano Edwin Encarnación (.244) queda como el designado y el cubano Yunel Escobar repite como torpedero tras haber aterrizado a mitad del año pasado en un canje con Atlanta. El cambio de aires le sirvió a Escobar: dio cuatro jonrones y remolcó 16 carreras en 60 juegos con Toronto tras un cero redondo en cuadrangulares y 19 producidas en 75 partidos con los Bravos.

Ricky Romero (14-9), Brett Cecil (líder de victorias con su 15-7) y Brandon Morrow (10-7 con 178 ponches en 146 innings y resto) cubren las tres primeras plazas de la rotación de abridores, con el prometedor novato Kyle Drabek perfilado para la cuarta. Mark Rzepczynski, Jesse Litsch, Scott Richmond y Stewart se pelearán la quinta en la pretemporada.

El bullpen es completamente nuevo, ya que Kevin Gregg y Jeremy Accardo también emigraron junto con Downs.

Contrataron a tres ex cerradores --los dominicanos Octavio Dotel y Frank Francisco, y Jon Rauch-- para definir el nuevo taponero.

Cubs
Esta historia es sobre los Cachorros de Chicago. Y toda nota sobre el equipo de la Ciudad de los Vientos tiene por obligación que mencionar la cantidad de años que llevan sin ganar la Serie Mundial. Son 102 años. Suficiente.

Ahora bien, sin osar hacer pronósticos de que este será el famoso "año próximo" que tanto predican sus aficionados, estos Cachorros tienen los ingredientes para hacer ruido dentro de una reñida división Central de la Liga Nacional.

Calladamente, los Cachorros hicieron movimientos en varios frentes que en teoría deben apuntalar al club, como la adquisición de Matt Garza para su rotación, la llegada del primera base Carlos Peña y la vuelta del hijo pródigo Kerry Wood en el bullpen.

También empiezan con un nuevo manager. Se trata de Mike Quade, quien fue confirmado en el puesto por encima de Ryne Sandberg, un mito del equipo, tras haber reemplazado interinamente a Lou Piniella.

Chicago ganó la división en 2007 y 2008, en las dos primeras temporadas con Piniella como manager, pero siempre fue eliminado en la primera ronda de los playoffs. Quedaron fuera en 2009 y el año pasado fue aún peor, al extremo que Piniella decidiese retirarse el 22 de agosto.

Aunque tomó al conjunto cuando ya estaba fuera de carrera por los playoffs, Quade cerró el año con una foja de 24-13 y se ganó la simpatía de varios veteranos.

Su misión será mejorar el decepcionante quinto lugar del año pasado en la Central.

"¿Por qué no podemos ser los campeones? Esa será nuestra actitud", declaró Quade. "No será fácil. Vamos a encarar esto con la actitud de que vamos a ganar la división".

No es nada descabellado, si considera que algunos de los rivales fuertes han sufrido golpes en días recientes. Los Cardenales de San Luis perdieron por lesión a su as Adam Wainwright y los Cerveceros de Milwaukee echarán de menos a Zack Greinke en las primeras semanas tras fracturarse en una costilla cuando jugaba básquetbol.

Los Cachorros son una amalgama de experiencia y juventud. Aramis Ramírez, Alfonso Soriano, Geovany Soto y Peña son las piezas con más tránsito en las mayores.

También asoman tres figuras que prometen mucho: el torpedero dominicano Starlin Castro, el jardinero Tyler Colvin y el lanzador Andrew Cashner. Tienen hasta apodo, la "Triple C" por las iniciales de sus apellidos.

Pero en donde está la fortaleza es en la rotación de abridores. Garza, quien viene de ganar 15 encuentros con los Rays de Tampa Bay en el durísimo Este de la Liga Americana, se une al temperamental Carlos Zambrano y Ryan Dempster. Randy Wells, Carlos Silva y Tom Gorzelanny se peleaban las otras dos plazas. Gorzelanny es el único zurdo dentro de todos.

Zambrano quiere reivindicarse tras un año cargado de altibajos, en el que llegó ser relegado a tareas de relevista. El venezolano fue suspendido y se sometió a terapia para controlar el mal genio tras un arrebato en la cueva cuando aparentemente se enfureció al considerar que sus compañeros no se zambullían para atrapar pelotas.v "He vuelto a la normalidad", dijo Zambrano, quien redondeó foja de 8-0 en sus últimas 11 apariciones al ser reinsertado a la rotación. "Este año me voy a concentrar en la cosas que están bajo mi control y no lo que ocurre en el terreno".

A diferencia de los seis años previos, Zambrano no tendrá la misión de abrir el juego inaugural de la temporada regular en Pittsburgh. La asignación fue otorgada a Dempster, ganador de 15 partidos el año pasado.

El bullpen tendrá un 1-2 imponente, con el dominicano Carlos Mármol como cerrador y Wood como preparador. Mármol, quien se anotó 38 rescates, fue el líder de los relevistas en las mayores con sus 138 ponches en 77 innings y dos tercios.

La ofensiva es lo que provoca más inquietud. Fueron décimos entre 16 equipos del circuito en carreras anotadas, pero confían repuntar.

Alguien clave en ello es el dominicano Peña. Si bien bateó 28 jonrones con los Rays, Peña registró un promedio de .196, el más bajo de su carrera.

También mejores campañas y salud por parte del antesalista dominicano Ramírez (.241, 25 jonrones y 83 remolcadas) y el catcher puertorriqueño Soto (.280, 17, 53). Ramírez ha promediado 103 juegos en las últimas dos temporadas, mientras que Soto actuó en 105 en 2010.

El jardinero izquierdo dominicano Soriano (.258, 24, 79) ahora batea de sexto en el orden ofensivo, algo que obedece a su espiral ascendente de ponches en los últimos tres años, de 103 a 123.

Kosuke Fukudome será el primer bate (.371 de embasado) y jardinero derecho. y Marlon Byrd (.293, 12, 66) cubrirá el central. Byrd decepcionó en su primer año en Wrigley Field, ya que el año previo había conectado 20 jonrones con 89 remolcadas con Texas.

El torpedero dominicano Castro, con apenas 20 años, demostró con creces su alta cotización como prospecto. Acabó con promedio de .300, pero lo más notable fue su .347 de embasado.

Blake DeWitt arranca en la intermedia (.261, 5, 52). Es el punto más débil en la alineación, ya que produjeron la menor cantidad de carreras desde esa posición el año pasado.

Quizás lo mejor para los Cachorros es pasar desapercibidos. En una división impredecible, quién sabe. Este puede ser el año.
Fuente:MLB

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