jueves, 28 de abril de 2011

Bartolo Colon escribe un capitulo poco probable en los Yankees.

NUEVA YORK - Bartolo Colón lucía con seis años menos el miércoles. O al menos su brazo derecho.

Dependiendo de sus rectas de dos y cuatro costillas, tirando a hasta 96 millas por hora con mucho comando, el dominicano frenó a los Medias Blancas al permitirles apenas una carrera en ocho entradas. El resultado fue un triunfo por 3-1 de los Yankees.

Esta actuación no fue tan diferente a lo que hizo Colón en el 2005, cuando tuvo 21-8 por los Angelinos y ganó el Premio Cy Young de la Liga Americana. De hecho, cuando a Colón se le preguntó cómo se sentía ahora comparado con hace seis años, contestó lo siguiente:

"Me siento mejor ahora, porque puedo tirar más strikes."

Wow.

Es poco común que un lanzador tenga este tipo de repunte. Generalmente no pierden el brillo de una manera tan drástica, para luego recuperarlo tantos años después.

Por supuesto, el 2005 fue la última vez que Colón lanzó lo que se pareció a una temporada completa. Un historial de lesiones, combinada con el hecho de que se acerca a los 38 años, lo hacía un candidato poco probable para la rotación de los Yankees, o para la de cualquier otro equipo.

Además, su corpulencia no es propia de alguien en óptimas condiciones físicas, otro factor que parecía estar en su contra. Oficialmente, el quisqueyano tiene 5-11 de estatura con 265 libras. La estatura parece ser una pequeña exageración nada más. Pero el peso, bueno...parece un estimado bien conservador. De todas maneras, Colón ha ganado 155 juegos en Grandes Ligas sin lucir esbelto en ningún momento de su carrera.

Y en dos aperturas, el derecho ha convertido lo improbable en lo plausible.

"Nos continúa impresionando", dijo el manager de los Yankees, Joe Girardi.

Los Yankees sí deberían estar impresionados. Después de tres presentaciones como relevista, Colón realizó una sólida apertura al ganarle a Toronto. Esto fue hasta mejor. Y fue necesario también.

Los Yankees tratan ahora mismo de determinar la causa del síndrome "brazo muerto" de Phil Hughes. Un problema circulatorio es una posibilidad, y el derecho será enviado a la ciudad de San Luis para verse con un especialista. Sea lo que sea el problema de Hughes, ante su ausencia los Mulos neceistan otro abridor confiable. En Colón, tienen algo mucho más-por el momento.

Aparentemente Colón ha vuelto a descubrir su mejor material. Ahora es cuestión de salud. ¿Puede mantenerla Colón por primera vez desde el 2005?

Antes del juego del miércoles, al manager de los Medias Blancas, el venezolano Ozzie Guillén, se le preguntó acerca de Colón. El piloto sonrió.

"Cuando tuve Bartolo (en las filas de White Sox, en el 2009), nunca venía al estadio", dijo Guillén. "Desaparecía como por tres meses. Espero que esté en el estadio hoy y que no haya que buscarlo en algún lado en Arizona."

Luego agregó Guillén, más en serio: "Estuvo lesionado cuando estuvo con nosotros. Si Bartolo está en salud, ayudará. Sabe cómo pitchar."

El formar parte del cuerpo monticular de los Medias Blancas en el 2009 era la última vez que Colón había estado en Grandes Ligas. El derecho tenía inflamación en la rodilla izquierda, luego en el codo derecho, y sólo pudo hacer 12 aperturas por Chicago. Por eso muchos se referían a Colón como algo del pasado.

Pero el miércoles, Colón estuvo fuerte durante ocho innings. Enfrentándose a su último bateador, Paul Konerko, Colón alcanzó las 94 millas por hora antes de provocar un rodado de doble-play del toletero.

"Bartolo tiene un nivel extra", dijo Girardi, contento.

Y al completar ocho episodios, Colón no sólo fue un abridor sólido, sino también que sirvió de puente para llegar al cerrador panameño Mariano Rivera. Con el dominicano Rafael Soriano-que ha lanzado bastante mal como preparador de mesa de Nueva York-no disponible luego de tirar el lunes y el martes, Colón no se vio como un quinto abridor cualquiera, sino una fuente de estabilidad en el pitcheo.

Hubo unas risitas de algunos observadores cuando Colón se presentó a los entrenamientos de los Yankees en Tampa. Ahí estaba un pitcher bastante...corpulento...seis años después de su mejor trabajo, tratando de competir por un puesto en los Yankees de Nueva York.

"Él fue la mayor sorpresa de los entrenamientos para mí", dijo Girardi. "Yo sabía lo que había sido."

Pero cuando a Colón se le preguntó acerca de su actuación del miércoles, sobre su velocidad, su habilidad de completar ocho innings, su consistencia, el dominicano dijo lo siguiente: "En realidad no estoy sorprendido."

Colón había lanzado bien en la Liga de la Toronja. Había lanzado bien en su apertura anterior. Se sentía fuerte en el bullpen calentando para este juego. Todo estaba ahí para él, así como en otra época de su carrera.

Este fue un profesional de la vieja guardia, encontrando nueva vida y salud en su brazo derecho, tal vez creando otro capítulo exitoso más en su carrera. Es una historia increíble. Ahora los Yankees necesitan que sea una historia que dure toda una temporada.

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